viernes, diciembre 02, 2011

Nicanor Parra

Sinfonía de cuna

Una vez andando
por un parque inglés
con un angelórum
sin querer me hallé.

Buenos días, dijo,
yo le contesté,
él en castellano,
pero yo en francés.

Dites moi, don ángel,
Comment va monsieur.

Él me dio la mano,
yo le tomé el pie:
¡hay que ver, señores,
cómo un ángel es!

Fatuo como el cisne,
frío como un riel,
gordo como un pavo,
feo como usted.

Susto me dio un poco
pero no arranqué.

Le busqué las plumas,
plumas encontré,
duras como el duro
cascarón de un pez.

¡Buenas con que hubiera
sido Lucifer!

Se enojó conmigo,
me tiró un revés
con su espada de oro,
yo me le agaché.

Ángel más absurdo
non volveré a ver.

Muerto de la risa
dije good bye sir,
siga su camino,
que le vaya bien,
que la pise el auto,
que la mate el tren.

Ya se acabó el cuento,

uno, dos y tres.