lunes, abril 13, 2015

Los divertidos

Julio Pérez, uno de los campeones uruguayos del 50, me levantaba el ánimo cuando yo era un niño.Lo llamaban Pataloca, porque se desarmaba en el aire y los rivales se restregaban los ojos : no podían creer que las piernas volaran por un lado y por otro, lejos, el resto del cuerpo.  Después de eludir a unos cuantos con esas moñas burlonas, Julio Pérez volvía atrás, a repetir diabluras. Los hinchas celebrábamos a este parrandero de las canchas, y gracias a él desatábamos la risa y todo lo atado.
    Algunos años después tuve la suerte de ver al brasileño Garrincha, que también disfrutaba haciendo chistes con las piernas y a veces, cuando ya estaba cerquita de la culminación, daba marcha atrás por demorar el goce.

Eduardo Galeano, El fútbol : a sol y sombra, 1995.